Día 3

Etapa #3: Molí – Cornellana – Fórnols – Cresta Cadí – Fórnols – Cornellana – Molí  1407 Volta Cadi eBTT Etapa 3

Hoy es Miércoles. El tercer día, está planificado como un día comodín. Vamos a pasar una segunda noche en el Molí de Fórnols. La primera opción para hoy es subir por una pista que llega a uno de los picos del Cadí, por encima de 2.300 metros  La segunda opción, si estamos muy cansados, es descansar, y solo coger la bicicleta para ir a comer a algún pueblo próximo al Molí de Fórnols.

Por la mañana, después de la cena del día anterior y del desayuno de hoy, comiendo productos propios del Molí de Fórnols (verduras de su propio huerto, miel de sus propias abejas, embutidos del cerdo que matan ellos, etc.) nos encontramos perfectamente renovados. Marta ya no se acuerda de la crisis del día anterior!

De todas maneras pasamos la mañana con mucha tranquilidad, hablando con los dueños de la casa, visitando el camping adyacente, y charlando bajo la sombra de una pequeña arboleda.

Molí de Fórnols

Molí de Fórnols

Debe ser sobre la una del mediodía, cuando decidimos coger la bicicleta para subir a comer al pueblo de Fórnols, que está 200 metros por encima del Molí. Hoy podemos aligerar las alforjas, dejando muchas de las cosas que transportamos en el Molí, y dando un respiro a las baterías y a nuestras piernas. Y para un trayecto tan corto, no hace falta ni limpiar, ni engrasar, ni hinchar las bicicletas.

Como el día anterior bajamos por la pista, hoy decidimos subir por la carretera, que primero sube a Cornellana, y después llega a Fórnols. El trayecto por carretera desde el Molí al pueblo de Fórnols es de unos 10 Km, el doble que si se va por la pista. Pero hoy queremos dar un respiro también a la doble suspensión de las bicicletas.

Haciendo alguna parada por el camino, llegamos al pueblo de Fórnols sobre las 14h. Hoy llegamos con luz y podemos contemplar el pueblo donde Alex pasó muchos veranos de su infancia. Los padres de Alex, compartían una casa con sus tíos, y al menos dos semanas del verano las pasaban en Fórnols. Son muchos recuerdos: la casa donde estábamos (ahora perfectamente renovada- ya no era posible entrar por una ventana, si no teníamos la llave-), la casa del alcalde donde íbamos a buscar la leche, la casa donde nos daban el conejo para el arroz, etc.

Fuimos a comer al Paller de Cal Coma,el único restaurante del pueblo. Cal Coma es la casa donde,en aquella época, tenían el teléfono del pueblo (uno de esos teléfonos, que según donde querías llamar, había que enchufar los cables del teléfono en el agujero  adecuado). Cal Coma es también la casa donde íbamos para ayudar (en realidad molestar) a ordeñar las vacas, a recoger balas de paja de sus campos y cargarlas en el tractor, etc. Ahora, el Paller de Cal Coma lo lleva uno de los hijos de Cal Coma y fue muy interesante hablar con ellos después de tantos años.

Por si no nos habíamos repuesto suficiente en el Molí de Fórnols, con la comida de Cal Coma, ya hemos recargado las baterías humanas. al 100%, y nos sentimos con fuerza para subir hacia el pico del Cadí. Tenemos una ventaja: hasta el pico, todo es subida, y desde allí todo bajada hasta el Molí de Fórnols.

Cuando estamos saliendo del Paller de Cal Coma son casi las 5 de la tarde. Al salir, un descuido de esos demasiado habituales en verano: los clientes de la mesa de al lado, han dejado el coche justo delante de la puerta del Paller de Cal Coma, con dos perros dentro del coche, y a pesar de que han dejado las ventanillas medio abiertas, el coche está ahora a pleno sol, y a uno de los perros le ha dado un golpe de calor. Está con la lengua fuera y muy caliente. Después de intentar reanimarlo sin éxito (echándole agua fría), los dueños se van corriendo a un veterinario de La Seu (tienen que hacer 30 Km) para ver si lo pueden salvar.

Fórnols del Cadí

Fórnols del Cadí

Con ese susto, empezamos el ascenso hacia el pico del Cadí. El primer trozo, hasta cerca del pueblo de Adraén es por carretera. Hace calor, pero por la carretera vamos subiendo con facilidad y contemplando magníficas vistas del pueblo de Fórnols.

Llegando a Adraén, tomamos un desvío a la derecha, bien marcado y que es el inicio de la pista inacabable que sube a 2.350 metros. En la bicicleta verde, para asegurar que llego a la cima, tengo que ahorrar batería y subir gran parte de la pista en modo Eco (el nivel de menor ayuda).

La mayor parte de la pista tiene muchos árboles, y les agradecemos mucho la protección que nos ofrecen del sol, que aún aprieta con fuerza. Ya muy arriba, se pasa por una zona de verdes y extensos prados. En el último tramo solo hay piedra.

Cresta del Cadí

Cresta del Cadí

Finalmente, llegamos al final de la pista. A mi se le acaba la batería justo en la cima, y a Marta le queda solo una rayita, ya bastante avanzada.

Son casi las 8 de la tarde. Hemos subido por la cara Sur, y ahora estamos en la cresta, contemplando magníficas vistas de todo lo que hay en la cara Norte. Pero empieza a hacer frío. Hace viento, se oyen truenos y nos cae alguna gota. Pero las alforjas están casi vacías. Hoy no hemos cogido el chubasquero! Nos sentamos detrás de una roca para protegernos del viento y comernos unos frutos secos que sí que llevamos en las alforjas.

Con riesgo de lluvia iniciamos el descenso por la pista. La bajada se nos hace larguísima. Es un estrés importante para los frenos, y también para nosotros, a pesar de la doble suspensión. Cuando por fin llegamos a la carretera, volvemos a Fórnols, y desde allí al Molí de Fórnols, todo por carretera. Ya hemos tenido bastante pista por hoy!

Otra vez, llegamos al Molí de Fórnols, casi de noche.

Han sido 58.6 Km y 1459 metros de ascenso, según el GPS. No está mal para una jornada que estaba planteada de medio descanso. Según el display de la bici de Alex, 60.43 Km, y 3h 55m pedaleando, a una velocidad media de 15.4 Km/h.

Hoy no hemos recargado la batería a la hora de comer, y los dos hemos llegado al Molí de Fórnols con la batería completamente agotada (a Marta se le ha acabado en la subidita que hay entre Fórnols y Cornellana)

Día 4

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